La exposición a fuertes ruidos provoca la disfunción de las células auditivas y si se produce de manera continuada puede provocar una pérdida auditiva progresiva. En este artículo te mostramos las cifras de pérdida de audición a nivel europeo, así como los consejos de la Organización Mundial de la Salud para prevenirla:
1 de cada 6 europeos sufre pérdida de audición
Una reciente revisión del estudio elaborado por Hear-it informa que 22,6 millones de personas en la Unión Europea sufren pérdida de audición sin tratar de más de 35-40 dB, límite reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como discapacidad auditiva.
Según este estudio, la pérdida auditiva discapacitante cuesta a Europa 185 mil millones de euros al año si sumamos los costes por el deterioro de la calidad de vida y el déficit de productividad derivado de esta hipoacusia. Esto supone que la pérdida de audición sin tratar puede costar hasta 8.200 euros por persona al año.
Ante esta situación expuesta en el marco europeo, intentamos contextualizar los datos de población que se derivan del informe. La causa más común de pérdida auditiva en la población es la presbiacusia, es decir, aquella disminución de la capacidad auditiva que aparece de manera progresiva al envejecer. Este problema es frecuente a partir de los 65 años, pero cada vez comienza a presentarse antes, entre los 40 y 50.
La investigación presenta el ruido como una de las causas principales y diferencia entre el ruido ambiente y el exceso de ruido en el trabajo. En un artículo anterior ya os hablamos de las consecuencias que el ruido en el trabajo puede ocasionar. Por eso, en este artículo nos centraremos en el ruido ambiente, así como el ruido en momentos de ocio y las consecuencias que puede causar a la audición.
El ruido: una de las principales amenazas y causas de pérdida auditiva
La exposición prolongada a altos niveles de ruido puede provocar pérdida de audición irreversible, primero afectando a las frecuencias agudas y a medida que avanza la hipoacusia a las frecuencias medias y graves. Por lo tanto, se debería reducir el tiempo de exposición a estas fuentes de ruido.
El límite marca que a partir de los 75 dB el ruido comienza a ser perjudicial para el oído y el umbral máximo de exposición sin riesgos durante 8 horas se fija en los 85 dB. Este ruido provoca un daño en las células ciliadas que se encargan de captar y transmitir los sonidos al cerebro. Este tipo de hipoacusia es de naturaleza neurosensorial.
El ruido puede provenir de diferentes fuentes y, dependiendo del tiempo de exposición a este ruido, se pueden diferenciar dos tipos:
- Trauma acústico agudo: es el que se produce de manera súbita, como un petardo.
- Trauma acústico crónico: se desarrolla de manera gradual debido a la exposición continua a fuertes ruidos.
El colectivo más expuesto a la pérdida de audición por ruido
Los jóvenes de entre 12 y 35 años son el grupo más vulnerable a esta contaminación acústica ya que su tiempo de ocio es proclive a altos niveles de sonido. La juventud está expuesta diariamente a volúmenes que superan las recomendaciones de la OMS:
- Gimnasios: la música suele superar los 85 dB.
- Tráfico: durante un atasco el ruido puede sobrepasar los 75 dB. La sirena de una ambulancia 120 dB y el volumen de la radio del coche en la autopista suele alcanzar los 125 dB
- Bares, festivales y discotecas: pueden alcanzar entre los 100 y los 120 dB.
- Los dispositivos de audio portátil: el volumen suele encontrarse entre los 75 y los 136 dB.
Recomendaciones de la OMS en materia de salud auditiva
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que la mitad de las pérdidas de audición se podrían prevenir siguiendo unos sencillos consejos como limitar el tiempo uso de dispositivos de audio, así como su volumen.
La recomendación actual se fija en el uso durante un máximo de una hora diaria al 60% de la capacidad de sonido del dispositivo. Para lograrlo, la OMS se ha aliado con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) para promover una norma internacional que garantice el volumen máximo recomendable en los reproductores. La salud auditiva está en la mano de cada uno y pequeños gestos como no situarse cerca de altavoces en discotecas y conciertos o utilizar tapones en eventos deportivos ayudan a cuidar nuestro sistema auditivo.
Acudir a una revisión auditiva anual ayuda a prevenir y detectar de forma temprana los problemas de audición, el especialista puede ayudarnos si detectamos algún síntoma de pérdida auditiva.
¿Has detectado volúmenes de ruido demasiado altos en tu entorno? ¿Quieres compartir con nosotros alguna experiencia? Te leemos en los comentarios.
Credit photo: ASAICPA, Asociación Asturiana de Implantados Cocleares y otros Problemas Auditivos
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