La pérdida auditiva suele asociarse con el paso de los años, pero a menudo influyen otros factores. El ruido, los hábitos de higiene inadecuados y las infecciones son algunas de las causas más comunes que pueden afectar a nuestros oídos. En la mayoría de los casos, la pérdida de audición se desarrolla de forma gradual y en ocasiones, ni tan siquiera somos conscientes de que estamos experimentando pequeños cambios en la calidad de nuestra capacidad auditiva.
Más de 3 millones de españoles sufren pérdida auditiva
La pérdida de audición es un problema en auge en nuestra sociedad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se calcula que un 8% de la población española padece este trastorno, es decir, más de 3 millones de españoles. Además, destaca a España como el segundo país más ruidoso del mundo.
Esta situación hace que sea necesario intentar limitar los niveles de ruido de nuestro alrededor. Sobre todo entre los jóvenes, que suelen escuchar música a una intensidad muy alta y durante varias horas a lo largo del día. La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) advierte que este abuso acústico está aumentando los casos de sordera juvenil.
¿Cómo percibir los signos de una pérdida auditiva?
La pérdida de audición suele desarrollarse de forma gradual, por lo que los síntomas son difíciles de reconocer. En algunos casos, pueden llegar a ocasionar problemas sociales como el aislamiento; físicos, desde dolores leves de cabeza a una subida de la presión arterial; y/o psicológicos como la depresión.
Hemos de tener en cuenta que cuanto más tarde se diagnostique, mayor es la pérdida auditiva e incluso más difícil resulta prevenirla y adaptarse a las soluciones. A continuación, te detallamos algunos síntomas que alertan de una deficiencia auditiva.
10 señales de alerta ante una posible deficiencia auditiva
- Tienes dificultades para oír la televisión o te dicen que la televisión tiene un volumen demasiado alto.
- No acabas de entender con claridad muchos de los mensajes que te comunican.
- Te resulta difícil oír a alguien que te está llamando y no se encuentra muy lejos de ti.
- No logras situar de dónde proceden los sonidos o las voces que escuchas a tu alrededor.
- Tienes que pedir constantemente que te repitan lo que te han dicho, y a menudo lees los labios de las personas que te hablan.
- Comunicarte en un grupo pequeño de personas y seguir el hilo de la conversación te resulta complicado.
- En un ambiente ruidoso, tienes dificultades para escuchar lo que te dicen.
- No percibes sonidos cotidianos como el “tic tac” de un reloj o el agua de un grifo.
- A menudo, no oyes el timbre de casa o el teléfono.
- Tus amigos o familiares a menudo te comentan que no los escuchas o que malinterpretas cosas que te han explicado.
Si padeces algunos de estos diez síntomas, te recomendamos que acudas a tu especialista para hacerte una audiometría y evaluar tu salud auditiva. ¡Ponle solución y mejorarás tu calidad de vida!
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